§ Muerte del ángulo

Crecimiento de la línea:
El Paris rayado (...) el techo rayado del techo de cristal del Grand Palais des Arts, las ventanas divididas por rayas de las oficinas, la Tour Eiffel, hecha de rayas, el efecto rayado de los listones laterales y centrales de las puertas de los balcones de enfrente de nuestras ventanas, las pequeñas butacas al aire libre y las mesitas de los cafés, con patas que son rayas, las rejas con punta dorada de los parques publicos...

Kafka, Diarios

Inhumación del ángulo imposible:
Se caía siempre de las sillas y pronto advirtieron que era inútil buscarle sofás profundos o sillones con altos brazos. Iba a sentarse, y se caía. A veces para atrás, casi siempre de lado. Pero se levantaba sonriendo porque era bondadosa y comprendía que las sillas no estaban allí para ella. Se acostumbró a vivir de pie; hacía el amor parada, comía parada, dormía parada por miedo a caerse de la cama, que es una silla para todo el cuerpo. El día que murió tuvieron que introducirla furtivamente en el ataúd y clavarlo de inmediato. Durante el velatorio se veía de tiempo en tiempo cómo el ataúd se inclinaba a los lados, y todos alababan el excelente criterio de los padres al clavarlo en seguida. Después que la enterraron, los padres fueron a las mueblerías y compraron muchas sillas, porque mientras ella estuvo en la casa no era posible tener sillas...

Cortázar, Divertimento

número 10, marzo 2007

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